En el año 2013, de forma injusta y bajo el sistema de justicia penal tradicional e inquisitorio, se giró una orden de aprehensión en contra de 8 empleados de una empresa paraestatal, por su probable responsabilidad en la comisión del delito de USO ILICITO DE FACULTADES, siendo que su único “error” fue el que con motivo de su puesto que ocupaban dentro de esa empresa tenían que formar parte del comité técnico de obra que decidiría si la construcción de ese monumento tendría que hacerse a través de una licitación abierta o cerrada, sin que de ninguna manera ello haya sido la causante de que el costo de dicho monumento se elevará drásticamente, sino que esto se debió a la mala programación de la obra, al querer construir algo por parte de la Presidencia de la República que ni siquiera se encontraba completo en su diseño, así como a los actos de corrupción en los que incurrieron quienes ejecutaron la construcción de esa obra; no obstante ello, a los empleados de la empresa paraestatal para que pudieran llevar su proceso en libertad, se les exigía pagar una fianza a cada uno de MIL CIEN MILLONES DE PESOS que representa el costo total de la obra, situación totalmente irracional y absurda; sin embargo, ello era con la única finalidad de mantenerlos presos para que la opinión publica viera que se castiga a los servidores públicos, a pesar de que ellos son inocentes, esto es, se pensaban utilizar como “carne de cañón”.
Sin embargo, gracias a nuestra defensa, se logró que ni uno de ellos pisara la cárcel ni un solo día, logrando mantenerlos en libertad todo el tiempo que duró su proceso, que en el caso son más de cinco años, sin que se les exigiera ningún tipo de garantía o pagando un solo peso, haciendo con ello que se respete cabalmente su derecho a que se les presuma inocentes, pues han sido acusados injustamente, todo lo cual se logra gracias a la estrategia planteada desde un inicio, en la cual se hicieron valer diversos recursos y juicios de amparos, así saber aprovechar las herramientas jurídicas que la ley otorga.
De no haberse desplegado esa estrategia, hubieran pasado todo el tiempo en la cárcel a pesar de ser inocentes, para que solamente al final les dijeran “usted disculpe, nos equivocamos”.